Comparaciones de la licencia de paternidad en Latinoamérica y su impacto en la desigualdad laboral de género

En muchos países existe un desbalance significativo entre las licencias de maternidad y paternidad que puede generar discriminación laboral.

Por Juliana Benrey, global account manager de Godoy Córdoba.

En los últimos años ha habido una mayor visibilización de la discusión de la equidad de género y de la discriminación que aun sigue existiendo en el mundo laboral frente a las mujeres. La maternidad es sin duda, una de las fuentes de discriminación hacia las mujeres, pero al tiempo, paradójicamente, ha sido el camino que han buscado los legisladores para protegerlas frente a esas conductas discriminatorias en el trabajo, entre ellas las terminaciones de contrato.

Sin embargo, la pregunta es si realmente ampliar la protección a la maternidad, en la práctica es un medio efectivo para evitar la discriminación o, por el contrario, se genera un efecto opuesto y es que, a mayor protección a las mujeres, menor es el interés que tienen los empleadores en contratar mujeres dentro de su fuerza de trabajo.

Como parte de esta reflexión, valdría la pena pensar si resultaría más efectivo ampliar la licencia de paternidad y extender esa protección también a los padres. Lo anterior, no solamente como una forma de contrarrestar la discriminación a las mujeres por su condición de madres, sino también como un camino a través del cual la sociedad pueda lograr un mayor involucramiento de los padres en la crianza de los hijos.

Entrando entonces en esta reflexión, lo primero que vale la pena resaltar es el desbalance que existe entre la duración de la licencia de maternidad y la licencia de paternidad en la mayoría de países especialmente latinoamericanos. A continuación, solo mencionaremos algunos a manera ilustrativa.

Empezando por Colombia, la licencia de maternidad tiene una duración de 18 semanas mientras que la de paternidad tiene una duración de 14 días continuos remunerados (2 semanas). En Chile, la licencia de maternidad es de 18 semanas, 6 prenatales y 12 post natales y el padre tiene derecho a 5 días hábiles de licencia de paternidad, los cuales podrán ser continuos o distribuidos como él quiera dentro del primer mes desde la fecha del nacimiento. En Panamá, el nuevo padre tendrá derecho a 3 días hábiles desde el nacimiento y la madre, podrá disfrutar de una licencia de 14 semanas.

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Por su parte, Costa Rica, tiene una licencia de paternidad muy particular, pues si bien podría decirse que corresponde a un total de 8 días remunerados, los mismos no se gozan de manera consecutiva, sino de forma fraccionada a razón de 2 días por semana durante las primeras cuatro semanas desde el nacimiento del hijo o hija.

En Ecuador, la licencia de paternidad tiene una duración de 15 días calendario remunerados y la licencia de maternidad, es de 12 semanas, con la posibilidad de que la madre opte por una licencia de maternidad no remunerada de 15 meses, sin embargo, de esta última se pueden beneficiar tanto la madre como el padre, lo cual significa una diferencia importante en cuanto al descanso remunerado que puede tener el padre del menor. En Venezuela, la madre tiene una licencia de maternidad de 6 meses, de los cuales 6 semanas se disfrutan antes del parto y 20 semanas después del parto, y el padre tendrá una licencia de 14 días continuos remunerados de licencia remunerada. En una línea similar, la licencia de paternidad en Uruguay era de 13 días continuos remunerados, junto a una licencia de maternidad de 14 semanas, de las cuales 6 se disfrutan antes del parto y 8 semanas posteriores al parto. Sin embargo, en el mes de julio de 2024, el Parlamento aprobó una ampliación de la licencia de paternidad pasando a ser ahora de 20 días continuos, con un aumento gradual empezando con una ampliación a 17 días de licencia trascurridos 30 días de su publicación y a partir de enero de 2026, de 20 días. Esto dejaría a Uruguay con la licencia de paternidad más amplia de America Latina.

Pero incluso, hay países en donde ni siquiera existe la licencia de paternidad, como es el caso de Honduras. Sin embargo, está en curso un proyecto de ley que buscaría reconocer una licencia de paternidad de 14 días.

Este breve panorama, evidencia que la mayoría de los países latinoamericanos (aclarando que hemos dejado fuera varios países que no contemplan el derecho a la licencia de paternidad), tienen licencias de paternidad muy cortas; y en aquellos países como Ecuador, Colombia, Venezuela y Uruguay en donde esta licencia es un poco más extensa, no alcanza el 20% de lo que es la licencia de maternidad en esos países.

Lo anterior es solo un breve panorama de la duración de la licencia de paternidad y maternidad en algunos países Latinoamericanos, que nos permite evidenciar el desbalance que existe en la protección a la maternidad y a la paternidad, y la necesidad apremiante que hay de reconocer un descanso remunerado a los padres, no solamente para que puedan ejercer de manera efectiva y presente su paternidad, sino también para que se pueda seguir cerrando la brecha que existe entre la igualdad laboral entre hombres y mujeres.

 


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