“No trabajar en tu marca personal tiene un precio muy alto, porque pierdes visibilidad”
Catalina Vega, Alumni GC, es coach transformacional y de marca personal. En esta entrevista para Estrategas, nos habla de la importancia de ganar visibilidad, con nuestra marca, en el de servicios legales. Además, nos comparte algunos tips que son claves para hacer conciencia de esta impronta que dejamos a nuestro paso.
¿Qué debemos entender por marca personal?
La marca personal es la huella que todos dejamos a nuestro paso. Cuando interactuamos con las personas, o entramos a un lugar y dejamos una primera impresión; la gente se forma una idea de nosotros mismos y esa idea se vuelve una idea de alta recordación. Así que la marca personal es justamente eso: la forma en la que la gente nos percibe, esa impronta que tienen de nosotros.
¿Qué tan importante es que hoy en día los profesionales de la industria legal tengan una marca personal sólida?
Colombia es un país que cuenta con un gran número de profesionales en derecho, en diferentes prácticas, y eso de entrada hace indispensable tener un diferencial. Por otro lado, las relaciones que se construyen, a partir de los servicios que se prestan en materia legal, tienen un componente muy personal.
Por la experiencia que he tenido en este sector, siempre he creído que todo aquel que busca un abogado, espera que no solo sea bueno desde lo técnico, sino que sea una persona que establezca empatía, confianza y que pueda comprender sus necesidades y las de su negocio.
Por eso es que, no trabajar en tu marca personal o no ser intencional en la huella que dejas en tus clientes o en tus colegas, tiene un precio muy alto, porque te vuelves invisible, uno más de esta inmensa industria.
¿Qué herramienta de comunicación recomiendas para que los profesionales que hacen parte de esta industria empiecen a darle visibilidad a su marca personal?
Sin duda, una que es innegociable hoy en día, porque además es la red profesional por excelencia, es LinkedIn. Esta red social es la gran vitrina del mundo profesional, tanto para emplearse, como para hacer contactos de networking, y contactos comerciales.
Así que, un perfil de LinkedIn que realmente presente lo que haces, para quién lo haces y cómo lo haces, es una puerta al mundo. Adicional, un perfil que muestre tu experticia, tu capacidad, lo que has logrado, que incluso comprenda testimonios de buenas experiencias que hayan tenido tus clientes o tus jefes, con tu trabajo, abre muchísimas posibilidades.
Por supuesto, es importante que además de tener un buen perfil, seas activo/a en la red, porque algunas personas abren una cuenta y nunca vuelven a ingresar; para que LinkedIn sea útil para ti, debes generar contenido que dé visibilidad. Participa en grupos de tu área de interés, sigue publicaciones que puedas repostear, de temas que te agreguen valor y le puedan agregar valor a tu red de seguidores.
Incluso, podría ser importante para ti que te des a la tarea de incluir en esta red, los contactos que tienes en tu día a día laboral, para que esas relaciones que ya se han construido, no se pierdan, sino que esas personas sigan haciendo parte de los contactos activos que tienes para tu crecimiento de carrera.
¿Cómo lograr que tu marca personal no solo sea visible, sino que además se destaque?, particularmente en un escenario como el digital, que hoy en día está tan saturado.
Scott Oldford, un coach y mentor de negocios muy reconocido, dice que las marcas deben hacerse relevantes, omnipresentes e íntimas.
Cuando habla de la relevancia, se refiere a dirigirte realmente a tu público objetivo. Es decir, si empiezas a hablarle del derecho de la protección intelectual a todo el mundo, probablemente te diluyas en el esfuerzo, pero si le hablas de esto a una persona que exclusivamente se dedica al desarrollo de softwares y te encargas de que esa persona vea que ya conoces sus ‘dolores’, malestares y necesidades, y construyes una propuesta concreta para resolver esos problemas, automáticamente adquieres relevancia.
Por lo cual, relevancia no es otra cosa que aquello que hace que tú te vuelvas la mejor opción y no seas uno más de tantos que ofrece algo genérico.
La omnipresencia, por su parte, es lograr múltiples puntos de contacto con tu público objetivo, que hagan posible que esa persona con una necesidad que ya tienes identificada, y para la cual desempeñas tu labor, pueda informarse acerca de lo que tú haces o de lo que ofreces, a través de diferentes canales. En otras palabras, es lograr visibilidad de muchas maneras.
Por ejemplo, ¿qué pasa si al experto en propiedad intelectual te lo encuentras en LinkedIn?, luego en un podcast, escribiendo para un periódico del país, luego dictando una charla en Fedesoft (Federación Colombiana de la Industria de Software y TI), etc. El efecto que va a generar en determinado momento es que la persona interesada no tenga otra opción que decir: “¡Wow!, esta persona está en todas partes, así que lo más seguro es que tenga idea de lo que necesito”.
Por último, la intimidad. La mayoría de personas prefiere interactuar con seres humanos y no con máquinas. Por eso, para muchos es tan molesto y frustrante cuando llaman a un contact center y terminan sometiéndose a ese molesto ritual del chatbot con “opción 4, 5, 6, 20” y luego “espere por favor, no cuelgue”.
Las personas quieren tener contactos cercanos y humanos. Por ello, crear intimidad es entender que las relaciones tienen diferentes etapas. Inicias siendo conocido, luego compañero, después puedes sentirte como equipero e incluso llegar a conectarte como amigo. Una relación de servicios debe tener ese componente.
Con tus clientes, es importante cuidar los detalles que sabes que pueden ser importantes para ellos. Esto, puede involucrar temas que parecerían sencillos, pero que desde la construcción de las relaciones pueden generar cercanía como: cumpleaños, aniversarios laborales, gestos como preguntar ¿cómo está tu familia, tus hijos?, etc. Generar ese efecto sorpresa que permita que esa persona se sienta apreciada.
Cuando tienes una relación de servicios, las personas tienen una idea de lo que van a recibir en esta experiencia, pero cuando tú logras ir más allá de esa expectativa, logras fortalecer esa relación de intimidad. Si te piden un concepto legal acerca de un tema, ve más allá y comparte ese contenido gratuito que circula la Firma, complementario a ese tema. Puede que tu cliente piense ¡Wow, no pagué por esto y me lo enviaron! Ese tipo de gestos pueden tener el efecto sorpresa de: “esta persona piensa en mí y hace algo para facilitarme la vida”.
¿Por qué hacer conciencia de tu marca personal es un tema innegociable?
Porque en nuestra vida debemos ser intencionales. En marca personal se trabaja con una herramienta muy interesante, que es un diagnóstico en 5 columnas con las siguientes preguntas: ¿cómo te percibe la gente en la cotidianidad?, ¿cómo te ves a ti mismo?, ¿cómo te gustaría que te vieran las personas?, ¿cómo temes que te vean? Y, ¿qué estás haciendo para que las personas te perciban de la manera en la que tú quisieras?
Muchas veces creemos que por generación espontánea las personas van a ver lo que queremos que vean de nosotros mismos, y la única forma para que esto ocurra es que seamos realmente intencionales.
En un negocio como este, en el que te encuentras a tantos abogados prestando servicios, y un gran número de firmas con una amplia oferta de tarifas, lo que puede hacer la diferencia en que te contraten o no, no solo es tu idoneidad técnica, sino la capacidad que tengas para destacarte y hacerte ver como la mejor opción disponible para quien necesite tu servicio.
¿De qué forma mi marca personal ‘hace clic’ con mi propósito con ese ‘para qué hago lo que hago’?
Esa huella que dejas en los demás, tu marca personal, está mediada por qué tan cómodo te sientes con tu propósito de vida y con lo que quieres para ti.
Cuando experimentamos una sensación de inconformidad con nosotros mismos o con la vida que tenemos, difícilmente podemos dejar la mejor huella a nuestro paso, pero qué bueno sería poder tomar esa imagen de los demás forman de nosotros y ponerla al servicio de nuestro fin último, ese para qué.
Por ejemplo, si tú eres un abogado muy académico o técnico y quieres trabajar con personas del sector agroindustrial, no vas a querer percibirte como académico o técnico, porque te vas a volver inaccesible y precisamente la intención será verte como alguien cercano y claro en tu lenguaje. O si, en otro escenario, estás trabajando con startups y eres un abogado que está acostumbrado a poner muchos prerrequisitos o pasos, es muy probable que no empatices con tu audiencia, porque las dinámicas de este tipo de organizaciones son distintas.
Por eso, es necesario ser intencional, para que la gente te perciba de la manera en la que tú necesitas que te perciban, y que por supuesto eso pueda contribuir a esos objetivos que te fortalezcan como persona y como profesional. Lo importante es que al final puedas decir “esto es lo que quiero para mi vida”.