Productividad y formalización: Grandes desafíos del mercado laboral en Colombia

Con la participación de Carlos Hernán Godoy, socio de Godoy Córdoba, para Revista Gerente

Las empresas del país deben adoptar un modelo de rentabilidad sin olvidar sus responsabilidades sociales y ambientales.

Nuestro país requiere importantes cambios en materia laboral en busca de una mayor productividad, el crecimiento de la economía, la formalización y crecimiento del empleo, y mejores oportunidades para jóvenes, mujeres y personas en condición de discapacidad, por ejemplo.

Además, es necesario que las organizaciones y el marco laboral en Colombia desarrollen las nuevas realidades del trabajo, como el Gig Work y las plataformas colaborativas, originadas en las innovaciones tecnológicas de la Revolución 4.0, y que en la normativa se consideren modificaciones sustanciales que permitan el crecimiento y la formalización del empleo, al considerar de forma diferenciada las realidades económicas de diferentes segmentos en el país.

Esas fueron algunas de las conclusiones de los expertos reunidos en la cuarta Cumbre Laboral, organizada por ACRIP, la más reconocida Asociación de Gestión Humana del país, y que contó con la participación de expertos en normatividad laboral, economía y gestión del talento.

 

Empleo formal y productivo en empresas sostenibles: el objetivo a lograr

Un asunto clave abordado durante la Cumbre Laboral fue el relacionado con el desarrollo del empleo y el talento, tanto para mejorar los índices de formalización y la generación de empleos de calidad, como para conectar con las necesidades de productividad y competitividad del país.

Jairo Burgos, reconocido consultor en gestión humana y exvicepresidente en una de las entidades bancarias más importantes del país, explica que la realidad del sector laboral en nuestro medio es “compleja” debido al desempleo elevado y a la alta tasa de informalidad. “Esos dos fenómenos se complementan con la baja productividad, un problema estructural en el mercado laboral y que explica el bajo desempeño de Colombia en materia de competitividad”, señaló Burgos.

A eso hay que sumar que en el país no existe un verdadero sentido de urgencia frente a la productividad, lo que se refleja en las políticas públicas nacionales.

Mauricio Olivera, reconocido economista, exviceministro del Trabajo y expresidente de Colpensiones, evidenció en su exposición cómo Colombia, a pesar de tener uno de los mayores índices de inversión en formación para el trabajo frente al PIB en la región, presenta a su vez uno de los indicadores más bajos en cuanto a productividad.

Con respecto a la informalidad, Carlos Hernán Godoy, una de las mentes más reconocidas del derecho laboral en el país, explicó que más del 50 por ciento de la población económicamente activa del país es informal, lo que quiere decir que las leyes laborales no le están llegando a la mitad de Colombia.

“Por eso, estamos proponiendo, como asunto urgente, que se establezca un régimen diferenciado de costos laborales adecuado a las mipymes que les haga posible generar empleo formal y seguro. No se trata de darles subsidios, sino de posibilitar las condiciones para que puedan crear puestos de trabajo con seguridad social, entregando estabilidad y permanencia en el tiempo”, manifestó Godoy.

“El país tiene que decirse la verdad y ajustar la normatividad a ella. Lo cierto es que la Ley laboral no está sirviendo”, concluyó.

 

Las nuevas realidades del trabajo

En cuanto a las nuevas formas y realidades del trabajo, que incluyen modelos derivados de plataformas de economía colaborativa y el ofrecimiento de servicios profesionales especializados, como el Gig Work, se evidenció como la realidad de estos cambios del mercado involucran un ajuste normativo que las habilite, pero a la vez garantice los adecuados parámetros de calidad del empleo y protección social.

A partir de exposiciones de dos reconocidos laboralistas, se evidenció cómo, dado el inmenso crecimiento e impacto de estas nuevas formas de trabajo, las tecnologías que los posibilitan no deben desconocer su responsabilidad social, para que exista trabajo de crecimiento y no de simple subsistencia.

Los juristas destacaron que dichas plataformas ya generan cerca de 30 millones de dólares al año en el mundo, promoviendo así una economía de agentes libres, y que el 65 por ciento de los gerentes de talento humano ven en la modalidad freelance una alternativa de trabajo eficiente y de costo real para el futuro.

Uno de ellos aseguró que el fenómeno de la economía colaborativa no es ajeno a los conceptos generales de contrato de realidad y contrato de trabajo, y que los principios en materia del trabajo humano, conforme a los estándares internacionales, insisten en que el trabajo subordinado tiene regulación y efectos propios.

“Eso supone que el fenómeno económico está resuelto desde lo normativo. Existirá trabajo de contrato cuando exista subordinación laboral. Una regulación que desconozca estos principios podría resultar contraria a principios fundamentales constitucionales y supraconstitucionales”, destaca.

Para el otro jurista, es indispensable pasar de un derecho laboral rígido a la posibilidad de autonomía de voluntad.

En lo que respecta a la deslocalización laboral, otro de los efectos de las nuevas modalidades de trabajo y la tecnología, el experto evidenció que existen situaciones en las que hay nacionales trabajando para empresas extranjeras desde Colombia, y de extranjeros laborando para empresas foráneas desde sus países o desde Colombia, por lo que es necesario conocer de qué manera se ejerce la subordinación, independientemente de la región en la que se encuentre la persona.


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