“Nos encanta trabajar en colecciones que cuenten historias”

miércoles, marzo 30, 2022

En esta entrevista, Emma Fernández Díaz, asociada de nuestra Firma nos habla de SADU, un interesante emprendimiento con el cual apoya los procesos de creación textil de diseñadores de modas y sus marcas, en nuestra región latinoamericana. 

Cuéntanos un poco qué es SADU y ¿cómo surge este emprendimiento? 

SADU nace con el objetivo de apoyar a los diseñadores locales de nuestra región latinoamericana. Colombia es un centro textil de primer nivel y aquí se cuenta con una gran variedad de materias primas para la producción y confección textil, a un precio muy accesible y garantizando una muy buena calidad.  

Somos conscientes de la realidad de nuestra región y sabemos que no todos los diseñadores que trabajan en este lado del mundo pueden tener acceso a esa materia prima. Así que, desde SADU buscamos la forma de ser ese puente entre diseñadores locales que necesitan materiales de excelente calidad a un buen precio y aquellos proveedores colombianos que pueden ofrecer esta materia prima. 

¿Cómo apoya SADU a los diseñadores en el proceso de creación de sus colecciones textiles? 

Desde SADU, además de representar a estos diseñadores y apoyarlos en sus negociaciones con proveedores colombianos, los asesoramos en todo el proceso de producción textil, desde la elección de los materiales que mejor se adapten a lo que están buscando, hasta la definición de la silueta, o la colección que quieren lanzar. 

Mi socio es diseñador textil y con él hemos logrado estampados exclusivos que han impulsado las colecciones de los diseñadores que apoyamos. 


¿Cómo iniciaron su alianza con los diseñadores textiles? 

Los clientes con los que iniciamos este proyecto son de Venezuela; la relación con ellos nos permitió identificar la necesidad que existía en el mercado de la moda venezolana. Esta industria venía con un vacío en el país, debido a que las cadenas de fast fashion tuvieron que salir de allí, como consecuencia de la situación económica. Esto incentivó un resurgimiento de los emprendimientos de moda local en Venezuela. 

El tema ahí era que tenían la gran necesidad de acceder a materia prima de buena calidad y a un costo accesible. Por eso, desde SADU estamos trabajando para ‘ocupar’ ese vacío.  

Hemos tenido la oportunidad de trabajar con personas de otros países y hoy en día tenemos clientes de República Dominicana y Puerto Rico, que al no contar con la materia prima para sus producciones textiles son mercados con una necesidad muy similar al venezolano. En el último tiempo ha sido un mercado que se ha fortalecido, sigue ‘floreciendo’ e impulsándose. Sin duda, ha sido un proyecto bastante retador y enriquecedor. 

¿En qué momento se despertó en ti el interés por los diseños textiles? 

Tengo que reconocer que siempre he tenido un gusto personal por todo lo que tiene que ver con la moda. Si no hubiese elegido el derecho como mi profesión, seguramente me habría dedicado a esta industria. 

Cuando vine a vivir a Colombia y vi el gran desarrollo que tiene este sector en el país, pensé en crear una marca de ropa, como hobbie, pero luego de la investigación de mercado, de pensar en cuál sería su ADN, qué producto ofrecer y cómo diferenciarme, fue que identifiqué esta necesidad.  

Así que, canalicé esta idea y decidí orientarla hacia este servicio de acompañamiento para diseñadores latinoamericanos, que como yo, se encontraban buscando los mejores materiales para confeccionar sus diseños aquí en Colombia. 

Por coincidencias de la vida, en una feria textil conocí a mi socio, que es diseñador gráfico y diseñador textil; hablamos y nos dimos cuenta muy rápido de que lo que hacíamos ambos se complementaba mucho. Así que nos aliamos para darle vida a SADU Textiles. 

¿Cuál crees que es el mayor reto de esta industria en la actualidad? 

Tanto la industria textil, como la de la moda, se enfrentan a muchos retos en Colombia. Por ejemplo, el aumento del dólar afecta el precio de los productos, porque muchos de ellos son traídos de Europa o de Asia. Las tarifas de envíos se han incrementado mucho debido a la crisis de conteiners que estamos sufriendo a nivel global. Desde mi perspectiva ese será uno de los grandes retos del año. 

Por otro lado, un tema que impacta de forma transversal a esta industria es el impacto ecológico que se genera. Somos conscientes de que la huella de carbono que deja el sector textil es muy grande, por la gran cantidad de residuos y la contaminación medio ambiental. Sin duda, un gran reto está en la disminución de esos niveles de desperdicio. 

Algo que me alegra de poder apoyar esta industria en Colombia es que las textileras más grandes del país se han comprometido en la disminución de ese impacto ambiental, y es por eso que desde SADU hemos podido ofrecerles a nuestros clientes productos que son ecológicamente responsables.  

A pesar de que eso no nos hace una empresa 100% ecológica o sostenible con el medio ambiente, porque es un gran reto llegar a eso, nos encanta promover como marca esas alternativas ecológicas y acompañar a nuestros diseñadores de la región, para que implementen estas alternativas dentro de sus producciones. 


Nuestro compromiso con el medio ambiente… 

  • En SADU utilizamos bases de fibras hechas con botellas PET (envases plásticos), en un proceso que consiste en extraer el poliéster de las botellas y residuos de estos materiales para procesar las fibras. De ahí, se extrae la base de poliéster que utilizamos en gran parte de las telas que usamos en nuestras colecciones. 
  • También trabajamos con Econyl (un hilo 100% reciclado que se fabrica a partir de desechos de nylon). Es un proceso similar en el que se extrae el nylon de las redes de pescar que están como desperdicio en los océanos.  
  • Además trabajamos con proveedores que no hacen uso de químicos en sus estampaciones y dentro de este proceso no utilizan agua, por lo cual no afectan el uso de este recurso en sus producciones, ni contribuyen a la contaminación de aguas residuales. 
  • Nuestros diseñadores locales han migrado al uso de empaques responsables y ecológicos. En diferentes colecciones hemos utilizado materiales como papel producido con bases de fibra de caña de azúcar. 

¿Qué se vive detrás del proceso de una nueva colección? 

Es una experiencia que involucra bastantes emociones. Siempre hay grandes expectativas de parte de nuestros clientes y para nosotros es clave que el resultado sea como se lo están soñando. Es muy emocionante, pero es un trabajo exigente desde el punto de vista creativo, porque nos gusta investigar muchísimo antes del desarrollo de cada colección y diseño que lideramos. 

Recuerdo que trabajamos en una colección que quería exponer las especies que estaban en vía de extensión en la fauna venezolana. Y para lograr un impacto, además de ser lindo estéticamente debía ser preciso en su mensaje. Detrás de cada proceso hay muchas manos trabajando y muchos ojos, con los que buscamos no dejar pasar ningún detalle. Cuando ves el material y la finalización del producto, te llena de orgullo saber que hiciste parte de todo ese trabajo. 


¿En qué se inspira tu equipo cuando están en proceso de creación de un estampado exclusivo? 

El lugar del cual surge esa inspiración depende mucho de la colección en la que estemos trabajando, pero un elemento que ha sido diferenciador y que nos ha ayudado a posicionar nuestro trabajo en el ecosistema de los diseñadores de la región, es que muchas de estas colecciones vienen con un mensaje muy claro que se transmite a través de estos diseños textiles. 

Nos encanta trabajar en colecciones que cuenten historias. Recuerdo que para una colección ancestral queríamos resaltar el trabajo de la artesanía indígena en Venezuela. Desafortunadamente esta Comunidad ha sido víctima de la minería ilegal, el tráfico de personas, incluso temas de esclavitud forzosa. A través de esta colección queríamos rendirle tributo a estas comunidades que han sido afectadas por la violencia.  

Gran parte de nuestras colecciones tienen el objetivo de comunicar, en algunas oportunidades con la intención de hacer un homenaje, en otras, como muestra de rechazo o agradecimiento, pero siempre intentamos salirnos de lo puramente estético, para contribuir a los fines que persigue cada uno de nuestros clientes.