Primer balance del manejo de lo laboral durante la emergencia sanitaria (Presupuestos para lo que viene)
Por el Dr. Carlos Hernán Godoy, socio de Godoy Córdoba
El gobierno Duque privilegió, como era obvio, el tema de la salud y la vida. Pero, lamentablemente las decisiones adoptadas golpearon de una manera grave el aparato productivo del país y desafortunadamente, las medidas laborales que se adoptaron fueron muy poco comprensivas de la realidad que enfrentaba ese grupo grande de empresas que tuvo que parar.
En lo normativo, las primeras medidas que adoptó suponían que las empresas debían seguir pagando a los trabajadores que no estaban prestando servicios, como si nada hubiera pasado, con lo cual muchas empresas fueron desgastando sus reservas y vieron afectado gravemente su flujo de caja. Porque, además, cuando el gobierno entendió que debía abrir espacios a fórmulas para racionalizar los costos, lo hizo de una manera tímida convocando a acuerdos fraternos, en lugar de liderar medidas de salvamento.
En lo económico, privilegió los créditos frente a los subsidios y en estos últimos, le dio el mismo tratamiento a las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas. El resultado final es que, según reciente estimativo en Portafolio “La pandemia en A. Latina está acabando un ya precario mercado laboral” y la CEPAL prevé en Colombia el cierre de ciento cuarenta mil empresas. Esta misma institución, planteó que los apoyos para las Mipymes debían haber sido de entre el 60% y 80% del costo de sus nóminas.
Ahora que nos enfrentamos a un presente económicamente dramático, con un tejido empresarial desgastado y sin recursos que a fuerza de valentía y decisión está empezando a recuperarse (a pesar del freno en seco con la cuarentena por localidades a lo largo de 6 semanas en Bogotá), queremos llamar la atención del Gobierno Nacional y el Congreso de la República sobre la necesidad inmediata de acometer una reforma laboral que reconozca las particularidades de nuestro sector empresarial, que permita a los micros, pequeños y medianos empresarios hacer realidad sus emprendimientos en condiciones económicamente viables, que evite que se sigan cerrando Mipymes, que permita que quienes trabajan en la informalidad tengan un camino real para aportar a la economía y contar con protección social.
Las debilidades de nuestro modelo laboral que han quedado en evidencia en esta crisis, reclaman costos laborales diferenciales para los cuatro tamaños de empresa que hay en el país sin perder de vista que las micros y pequeñas empresas son la gran mayoría y necesitan, más que subsidios, reglas laborales ajustadas a su capacidad económica.
La informalidad y la vulnerabilidad de las Mipymes es un fenómeno generalizado en los países no desarrollados. El verdadero reto para Colombia es apropiarse de esa realidad y afrontarla con medidas eficaces. Los micro, pequeños y medianos empresarios colombianos, así como los que ni siquiera alcanzan a esa clasificación, son ciudadanos valientes que necesitan apoyo acorde con sus limitaciones. Ese es el principal reto.
En una próxima columna plantearemos, de una manera concreta, propuestas para la reforma laboral.
Carlos Hernán Godoy Fajardo
Socio Fundador de Godoy Córdoba Abogados